Resulta difícil encontrarse con obras que logran transformar la manera en que se concibe el arte. Altarriba logró esto gracias a dos obras impresionantes: El arte de volar y El ala rota.

Tal y como indica la editorial en su web fueron concebidas de manera independiente, pero son parecen dos caras de una misma moneda. El carácter complementario de las dos obras ha llevado a Norma a publicar un pack con ambos trabajos. Una opción realmente interesante como regalo, ahora que se acercan las Navidades.

Por si alguno no recuerda las historias o, simplemente, no las conoce, vamos a hacer un breve recorrido por ella. Sin olvidar, el consiguiente análisis que tanto nos gusta hacer.

Antonio Altarriba escribió primero El arte de volar que estaba centrada en la vida de su padre. La narración tiene un marcado carácter descriptivo. Además, tiene un fuerte contenido histórico. En este sentido se adentra, de un modo extenso, en las vivencias de un personaje en la convulsa situación que estaba viviendo Europa en la primera mitad del siglo XX. La narración, además, incorpora elementos emocionales y pasionales que logran llamar la atención del lector. No obstante, el carácter descriptivo de la obra hace que exista cierta distancia con la obra.

Posteriormente, Altarriba completó la supuesta moneda con El ala rota. En ella, la protagonista principal era su madre. En este caso, la narración es menos descriptiva y presenta multitud de pequeños detalles con significado y profundidad. Especialmente resulta sobrecogedor la manera en que nos va explicando cómo esa ala metafórica terminó rota. A su vez, y ahí está uno de los elementos mas impactantes, como esa ave (de nuevo, metafórica) logra seguir volando pese a tener un ala dañada.

La doble historia, en su conjunto, resulta especialmente llamativa por la capacidad de Altarriba para situarse en un lugar independiente (emocionalmente) de lo narrado. De hecho, consigue no posicionarse ante ninguna de las dos visiones de la realidad. Eso lo deja al lector. Estoy seguro que el maestro Antonio es perfectamente consciente que las obras literarias tienen mucho de construcción mental en el que interpreta la obra. De ahí que logra dejar un espacio notable para que cada uno de nosotros pueda considerar y valorar los numerosos matices aportados.

Reconozco que mi predilecta es la segunda. Un trabajo que, además, como indicamos antes, cuenta con un elemento de significación carente en la primera. Además, Kim también plantea una narración distinta. La primera es más cruda y directa, acorde con la narración escrita. La segunda es más elegante y sutil.

Por Juan R. Coca