Desfiladero recupera La pista atlántica creado por Miguel Calatayud

Portada de La Pista Atlántica.

Las editoriales más pequeñas están realizando un denodado esfuerzo por recuperar trabajos esenciales en la historia del cómic estatal. En este sentido, se ha optado por editar, a partir de las planchas originales, tras un proceso de restauración, remozado y revisión, dos trabajos de uno de los referentes del cómic de finales del siglo XX: Miguel Calatayud.

La obra, en sí misma, está planteada como un verdadero homenaje al maestro. De hecho, además de dos breves artículos, uno de Álvaro Pons y otro de Pedro Porcel, también se incluye una interesante entrevista al propio Calatayud. De hecho, nos ha interesado, especialmente, la explicación de la creación de las obras reeditadas: La Pista Atlántica y El Proyecto Cíclope. En este sentido, el maestro nos explica que su gran objetivo era conformar un escenario exagerado y reconocible por la identificación con el desarrollismo.

Ambos trabajos tienen un poso común y carácter policíaco. Ahora bien, es una obra con un marcado carácter humorístico y divertido. Más lo segundo que lo primero. Es decir, no es una obra que haga reír, sino un trabajo divertido, repleto de ironía e, incluso, de mordacidad.

Estas pautas, nos muestran que uno de los elementos semióticos fundamentales de la obra es la crítica. De hecho, Calatayud introduce diferentes aspectos que, aunque mantienen elementos convencionales, también introduce elementos de crítica social, en ocasiones sutiles y elegantes. En este sentido, me pareció paradójico el uso de un elemento tradicional para romper con el discurso marcadamente desarrollista mostrado en la obra.

Por otro lado, los trabajos presentan un marcado erotismo centrado en lo femenino. De hecho, los cuerpos femeninos son representados con cierto grado de hipersexualización, mientras que los masculinos son cuadrangulares y con cierto grado de feísmo. Por otro lado, como indicó el propio Calatayud, la obra contiene multitud de información visual en cada viñeta. Las páginas están repletas de objetos, palabras, etc.

La sensación que otorga la obra no es amigable y, mucho menos, cercano al gusto actual. En la actualidad las obras tienden más a la sencillez expositiva, aunque las obras de la industria estadounidense, todavía mantiene este carácter un tanto excesivo. Por esta razón, podemos afirmar que a este trabajo le podríamos poner el apelativo de experimental y, por supuesto, vanguardista. El único problema que le encuentro a ello, es que puede generar cierto cansancio al lector.

Por supuesto estamos ante una obra magistral. Un trabajo innovador y rompedor. Efectivamente, es un trabajo vanguardista que presenta elementos surrealistas que ayudan a potencial el adjetivo de irónico que tiene este trabajo. Sin ninguna duda, una obra imprescindible para los que quieren comprender el cómic estatal en sus diferentes vertientes.

Por Juan R. Coca.