
Planeta Comic reedita la inquietante Severed firmada por Snyder, Tuft y Futaki.
Durante el siglo XIX los actuales Estados Unidos de América se encontraban inmersos en conflictos internos, fruto de los enfrentamientos entre el Norte y Sur. No obstante, las heridas que se abrieron durante su guerra civil se fueron cerrando, con cierta rapidez, gracias al enorme crecimiento industrial. Así mismo, la migración procedente de otras regiones desconocía los excesos que se llevaron a cabo durante la este conflicto. De hecho, algunos historiadores (ahora no recuerdo sus nombres), afirmaron que esta región vivió una gran prosperidad, pero también una enorme inmoralidad. De ahí que autores como Walt Whitman rechazó dichos excesos, aunque existía una marcado utopía ante el futuro cercano de esta región.
Estos elementos son mostrados por Scott Snyder y Scott Tuft en una obra bien construida sobre las vivencias de un joven idealista que se echa a la carretera en búsqueda de su padre. El guionista conforma un trabajo emocionante que hace que el lector se vincule emocionalmente con el protagonista y, así, lograr un mayor impacto en sus avanzas por los peligrosos Estados Unidos de América. De hecho, va intercalando, cada vez con mayor frecuencia, elementos que inquietan al lector y lo pegan a sus páginas como si estuvieran impregnados de pegamento industrial.
Severed recuerda a otros trabajos semejantes tales como Satanela (Grafito editorial) o Wraith (Planeta Comic). Las tres obras comparten momento histórico y son cómics de suspense o terror. Curiosamente Joe Hill (Wraith) y Snyder-Tuft (Severed) utilizan la metáfora del camino, del viaje, para mostrar una historia inquietante, donde la representación de la maldad también se asemeja. En este sentido me pregunto si hay alguna influencia entre ambos autores o cómics. De cualquier manera, las tres obras mencionadas indican la capacidad visual y creativa que ofrece este contexto histórico y social.
La obra de Snyder y Tuft se va desenvolviendo lentamente. En un primer vistazo a la obra se nos pueden llegar a pasar algunos elementos que, más adelante, ayudan a comprender los entresijos de la historia. No obstante, como suele ser habitual en las creaciones estadounidenses, se explican todos los elementos con tanto detalle que no van a dejarnos casi ningún espacio para nuestra interpretación. Por otro lado, los guionistas también utilizan una táctica clásica en la que el lector tiene mayor información que los personajes. Esta estrategia incrementa la sensación de intranquilidad.
El trabajo de Attila Futaki es elegante y sobrio generando una ambientación adecuada a la contextualización de la propia historia. A su vez, se va desarrollando de acuerdo a los presupuestos de la narración escrita. Por un lado, resulta cálida y clara, cuando la historia es más personal. De hecho, veremos el uso de colores rojizos o anaranjados para transmitir dichas sensaciones. Paulatinamente se va oscureciendo cuando la historia lo requiere, sin perder nitidez. Entonces, además de los colores oscuros, los anaranjados se oscurecen y nos topamos con unos rojos oscuros (sangrientos). Todos estos matices son sutiles y van apareciendo y desapareciendo con elegancia y sin grandes rupturas.
En definitiva, estamos ante una obra de gran interés para el lector que le interese el suspense. En ella, además, los acontecimientos mostrados son creíbles y razonables. Estamos ante un trabajo que tendría que estar en las estanterías de los interesados por el mundo del suspense. Digo suspense, ya que, aunque la portada parece gore, el trabajo no lo es tanto.
Por Juan R. Coca