Portada del primer número del volumen 2

Roberto Corroto y Ertito Montana firmas esta obra desenfadada y subversiva

En el mundo cultural existen unas obras con cierto aire subversivo y que parecen poco elaboradas. Hablamos de esas creaciones de denominadas habitualmente de serie B. Este arte emergió del cine y tiene una característica fundamental: el bajo presupuesto. Habitualmente las producciones que presentaban estas características solían ser obviadas por la crítica y, por ello, el público nos las conocía. Además, estas creaciones solían ser consideradas también como ejemplos de las producciones de mala calidad.

No obstante, existe un público que admira las creaciones de serie B por su capacidad de innovación y por sus ideas para, con un presupuesto ajustado, hacer obras entretenidas. Pues bien, Sicarios es una obra que busca, claramente, llamar la atención de las personas interesadas por este tipo de arte. Estamos, por tanto, ante uno de los grandes iconos del Cómic de serie B.

Sicarios es una obra creativa y con grandes dosis de imaginación. Su narración tiene un elemento interesante, ya que es una obra repleta de viñetas. Cada página suele contener unas ocho, nueve o diez viñetas. Esto ralentiza la lectura. Ahora bien, su narración escrita es tan ágil y su narración visual tan sencilla, que, pese a esto, la obra es ágil y dinámica.

Actualmente se han publicado dos volúmenes. El primero en apaisado, mientras que el segundo volumen, que ha visto la luz hace poco, opta por la verticalidad. Además, se nota un salto en la narración. El número de viñetas se reduce y las historias tienen un carácter más adulto y la acción, que sigue siendo trepidante, se paladea con mayor detalle. Incluso yo diría que se incorporar muchos más elementos emocionales a las historias, lográndose con ello, más profundidad en los personajes.

Sicarios es un trabajo underground, pero que produce una sensación peculiar. Reconozco que me cuesta relacionar este trabajo con otros cómics. Por supuesto podríamos hablar de cómics de acción o de road cómics, pero no se ajustan. Lo único que he pensado al leerlo es que Corroto y Montana han dado forma a una obra que recuerda a John Wick pero asentada en la carretera texana y con un aire mucho más desenfadado.

Desde luego, la obra merece la pena y creo que será del interés de todos los que están interesados en el mundo del cómic underground. Además, también gustará a los interesados en los trabajos de acción. La estética no es amable y dista de ser un trabajo comercial. Ahora bien, una vez que comienzas a leerlo es difícil parar. Tanto es así que su éxito e impacto le ha llevado a ser publicado en Reino Unido, esta vez en color.  

Por Juan R. Coca