Portada de Dark Investment – Trata de almas.

El sector del cómic alternativo nos da unas alegrías que no vamos a tener con el cómic industrial. Me refiero a la posibilidad de encontrarnos con obras repletas de referencias transversales que convergen y divergen en una misma obra. Obras curiosas, poco convencionales y entretenidas. Esto es precisamente lo que veremos en la serie Dark Investment firmada por el creado Javier Ara.

Javier es un creador que comenzó su carrera hace poco tiempo. Concretamente en 2017 firmó la obra Atraco a mano alzada (2017) y posteriormente La gran batalla de los gusis (2019). En el año 2021 publicó el primer volumen de la serie Dark Investment y un año después el segundo volumen. Todas estas obras han visto la luz en la editorial Drakul y ya está anunciada la tercera parte de la serie.

Cuando un lector se acerca a esta serie se topa con reminiscencias del mundo de los superhéroes. Ahora bien, esto no termina de ser un elemento esencial de la obra. En el Incidente Calcabrina, el primer volumen, efectivamente así fue. El recuerdo al mundo de los superhéroes resulta un tanto tangencial. En cambio, en el segundo volumen, Trata de almas, los personajes con traje serán más habituales. No obstante, sigo pensando que este elemento funciona más como un factor estético.

Página interior de la obra.

En la serie, lo que no toparemos con frecuencia son los elementos mágicos. Recorreremos diversos mundos, especialmente el oscuro (tal y como nos adelanta el título) a golpe de acción y estratagemas en un mundo complicado. En el segundo volumen Ara juega con elementos históricos para dar sensación de verosimilitud a un mundo que, por otro lado, se separa notablemente de las convenciones previas.

En El incidente Calcabrina, Ara juega con la crítica social. Este aspecto no lo hemos encontrado en Trata de almas. En esta segunda parte, el creador opta por conjugar el cómic negro con elementos históricos y, por supuesto, los superhéroes de los que ya hemos hablado. Todo regado con un trasfondo mágico. En este sentido, reconozco que la segunda parte me ha parecido más sólida y trabada.

No podemos dejar de mencionar un aspecto muy relevante en toda la serie: el humor. Sin ningún lugar a dudas, Javier Ara maneja el humor con bastante soltura. Es cierto que se nota que es un varón y el humor, en ocasiones, encaja con los gustos de los varones. En este sentido, y sospechando esto, fotografié una página donde se ve al personaje Metralladura para ver la reacción en algunas mujeres de mi entorno. Ellas me confirmaron que, efectivamente, era un elemento típico del humor masculino y convencional. Posiblemente, si añadimos el personaje de Mojabragas, entonces ya tendremos otro as para nuestro póker.

No obstante, Trata de almas es un trabajo divertido, muy divertido. Una obra repleta de acción, trampas, simulaciones y negociaciones. He aquí la brillantez del trabajo. De un conjunto de ideas que parecen locos y desordenados, emerge una obra estructurada y entretenida. Un trabajo posmoderno que nos hará volver a sentirnos como jóvenes.

El apartado gráfico es adecuado y funciona correctamente. El propio Ara evita las viñetas vacías y va cambiando la estructuración de las páginas. Dichos cambios no parecen deberse a un sentido interno en la obra, sino a una conformación del sentido de la página. Los colores, por último, varían en algunas páginas de la obra. En este sentido, no se mantiene una paleta cromática similar en toda la obra, sí en su mayor parte, pero en alguna que otra página con encontramos con rupturas en la narración visual.

En definitiva, un cómic entretenido que nos hará pasar un buen rato y nos divertirá (posiblemente) más a los hombres que a las mujeres.

Por Juan R. Coca