La obra creada completamente por Teresa Valero, cuyo título completo es Contrapaso. Los hijos de los otros, ha cosechado una buena aceptación por parte de los lectores y de la crítica en general. De hecho, recibió en su momento el premio Zona Cómic 2021. #cómics #normaeditorial #dictadurafranquista #revistadecomic

Portada de Contrapaso (Norma).

La historia se asienta en el contexto de la dictadura franquista española. En ella se nos cuenta una truculenta historia que camina entre el suspense y el cómic negro. La historia se asienta en dos personajes: Léon Lenoir y Emilio Sanz. Ambos personajes son periodistas del diario La Capital. El primero es joven y guapo, el segundo mayor y un tanto oscuro. Estos personajes tienen visiones diferentes del mundo y deben trabajar juntos. Lenoir tiene un gran éxito con las mujeres y una percepción de vida relativamente positiva. Sanz es mucho más crítico y susceptible.

Teresa Valero construye unos personajes creíbles, aunque excesivamente planos. Intenta mostrar cierta profundidad en ellos, pero la acción termina subsumiendo esta pretensión. En este sentido, la conformación de los personajes termina yendo hacia una serie de clichés consabidos que, como digo, limitan las posibilidades. El caso más llamativo es la contienda ideológica que se nos muestra entre los dos personajes principales. Este conflicto termina mostrándose como difuso y, por lo tanto, parece que se busca resaltar las contradicciones que tenemos cada uno de nosotros.

Sin embargo, la trama principal termina reduciendo esa supuesta complejidad. Precisamente, ahí está la virtud principal de la obra. La acción narrada sí resulta potente, creíble y atrapa al lector. Paulatinamente vamos a ir acompañando a los protagonistas en sus pesquisas. Una pesquisas que estarán salteadas por la necesidad de mostrar la realidad de la época. Un momento histórico machista y violento donde los personajes femeninos son caricaturizados en un intento de resaltar esta realidad social. De ahí que el cómic también muestre cierto carácter moralizante y reduzca su capacidad de impacto en el lector. Por otro lado, la narración está un tanto desequilibrada y termina acelerándose para mostrar el drama principal que sustenta a la obra.

La narración visual es excelente. Sin ninguna duda es lo mejor que tiene esta obra. El colorido es realista y naturalista, haciendo muy creíble el trabajo. Además, Valero opta por una división de la obra en un buen número de viñetas que permiten secuenciar la acción dándole cierto carácter fílmico a la obra. La página no tiene una estructura determinada y la autora va componiendo las viñetas en función de sus deseos. Más amplias cuando muestra el entorno de los personajes, más pequeña cuando se centra en la acción secuenciada.

Contrapaso es un paso adelante hacia una narrativa sugerente, pero que termina volviendo sobre ese paso dado. Es una obra que deja al lector insatisfecho por las posibilidades que tiene la historia y por lo anodino de la ejecución. No obstante, la obra tiene cierto interés, sin duda. Sin embargo, está lejos (sobre todo en la narración escrita) de ser una obra excelente, ya que no profundiza en los personajes.

Por Xiana Martín.