
Creo que ya os hemos dicho que tenemos especial interés por las cosas que van saliendo en la editorial Unbrained comics. Su enfoque del cómic y del fanzine es realmente llamativo por el carácter demencial, chocante y sumamente divertido. En este sentido, queremos presentaros Pornocrimen, un trabajo firmado por Pablo Bizarro. El cómic está planteado como un conjunto de historias breves sobre diferentes aspectos que, de un modo u otro, resultan delirantes e incluso surrealistas. Un cómic que huele a fanzine en su conformación interna y que sigue la línea de los cómix del underground español.
Resulta un poco complicado hablar del trabajo sin desgranar ningún elemento de las historias. No lo quiero hacer para no mermar la posibilidad de disfrute que tiene esta grapa. Así que voy a hacer un análisis del cómic de un modo más general. Pues bien, Bizarro nos invita a adentrarnos en un dossier en el que se muestran un conjunto de “pruebas” que culpabilizan al propio autor del cómic. Esta supuesta culpabilidad es un juego narrativo por el cual Bizarro se ríe de sí mismo y nos expone su capacidad para inventar las historias más extrañas y “bestias” que uno se puede imaginar. Este elemento narrativo, por desgracia, no vuelve a ser usado por el autor en otro momento.

Pues bien, las pequeñas historias utilizan la dulzura, el trabajo, los aspectos sociales, unidos a elementos que recuerdan a la metamorfosis de Kafka, a Expediente X o, de un modo u otro, al esoterismo. La particularidad de cada historia es que se plantea como un gag. De ahí que antes o después llegará ese giro divertido. Lo llamativo de Pornocrimen no es que resulte gracioso o divertido. Lo más curioso es cómo un autor puede ser tan creativo y con capacidad para plantear historias surrealistas desde una narrativa realista. Este es el juego. Ahora bien, parece que el cómic, visto en general, evoluciona desde una perspectiva más realista a otra más escatológica, pasando por una más irreal.
Bizarro no solo juega con nosotros en las propias historias, también nos sitúa ante una narrativa visual con aire infantil. Ello hace que el choque sea todavía más impactante. Los personajes tienen algo de dulces e incluso las situaciones más gore resultan jocosas por esto. En este sentido, me ha llamado especialmente la atención la historia “Te llevo dentro de mí” donde uno de los personajes termina en una situación realmente complicada de solucionar. Me ha gustado también la crítica social que subyace a “Contagio”. Incluso creo que la primera de las historias puede ser una manera bien interesante y divertida de enseñar algunas cosas sobre la prevención de riesgos laborales.
Pornocrimen es una grapa muy accesible económicamente, divertida y bien elaborada. Evidentemente, no estamos ante una obra que busque ser referencia del cómic internacional. Es evidente que no se pretende nada de eso. En este trabajo se busca que el lector disfrute de un cómic gamberro, delirante y chocante. Sin duda alguna, lo logra con creces. No obstante, para aquellos que nos comemos la cabeza con estas obras, también tiene su interés. Posiblemente, algún día hagamos un artículo más sesudo sobre estas cuestiones. De momento, simplemente quiero terminar recomendando esta obra para todos aquellos que disfrutan con el underground sin complejos.
Por Juan R. Coca